Los cambios en el mundo del trabajo en el siglo XXI: la perspectiva de los trabajadores frente al empleo del futuro

Enviado por editor el Lun, 05/08/2023 - 19:07
Los cambios en el mundo del trabajo en el siglo XXI: la perspectiva de los trabajadores frente al empleo del futuro

 

En el campo de las relaciones laborales el debate sobre el futuro del trabajo ha comenzado y, dependiendo de cada dimensión específica, muchos aportes y reflexiones van apareciendo casi diariamente

En cada uno de ellos hay una dosis de difícil predicción, en tanto los escenarios futuros son inestables y volátiles, principalmente por las constantes fluctuaciones económicas, los movimientos del capital financiero internacional, la reorganización de las cadenas de valor a nivel mundial, las transformaciones demográficas y los procesos de cambio tecnológico que impactan sobre la dinámica de creación y destrucción de empleos.

A ello hay que sumarle los cambios ambientales y las transformaciones políticas en el plano internacional, que permanentemente modifican las características de la globalización.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) impulsó “La iniciativa del centenario relativa al futuro del trabajo”, desde donde se vienen manifestado las preocupaciones sobre el denominado paradigma digital, que por un lado viene a potenciar la denominada productividad de las empresas, pero a la vez amenaza con reemplazar lisa y llanamente la mano de obra humana (OIT, 2015).

Ha sido la OIT quien ha impulsado una reflexión de alcance mundial sobre el futuro del trabajo y –en una reciente investigación– ha reconocido que: “el cambio tecnológico es un proceso complejo, incierto y en absoluto lineal, que produce tanto fases de destrucción como de creación de empleos, que no sucede de manera automática ni homogénea, y está condicionado por fuerzas económicas, políticas, sociales y culturales” (OIT, 2015).

Ahora, con la fuerte y penetrante influencia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se ha ido trasladando sutilmente hacia una regulación más sofisticada que lleva al trabajador a internalizar una relación más “individualista y aislada”, construyendo una subjetividad que es controlada desde los potentes medios de comunicación, que ocultan generalmente peores condiciones de relación laboral.

Por su parte, las previsiones que se mencionan indican que las empresas irán modificando sus modelos organizativos con el incremento de la subcontratación y el outsourcing, modificando y flexibilizando las relaciones de empleo, combinando la gestión de la producción y de los recursos humanos, acentuando las tendencias hacia el individualismo tanto del empresario como de los propios trabajadores, a partir de crecientes procesos de deslocalización física, la modificación de las condiciones de trabajo o la evaluación individual de la productividad de cada trabajador.

En este contexto, la perspectiva tradicional jurídica y laboral de los trabajadores –basada en la idea de colectivo de trabajadores negociando con el empresario– podría modificarse o desaparecer como modelo.

Cabe una reflexión respecto de los procesos de formación de los jóvenes en los distintos niveles educativos. Si bien es un tema que debe transitarse con urgencia, tratando de evitar las consecuencias no deseadas de los cambios tecnológicos, no debe omitirse el problema estructural que padece el sistema educativo, con una enorme cantidad de jóvenes que arrastran fuertes carencias formativas, especialmente en la enseñanza media, con significativas desigualdades según su origen socioeconómico, que actúan como una barrera y restringen posibilidades de acceso a empleos formales y de calidad, marginándolos o arrinconándolos en una frontera en donde habitan los empleos de bajísima calidad y precariedad.