El pasado domingo los brasileños fueron convocados a las urnas para tomar posición en la segunda vuelta electoral entre Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva.
Tras una definición minuto a minuto, sobre la hora 20, esa diferencia de votos se confirmó con el escrutinio primario: Lula será el próximo presidente de Brasil, por tercera vez en sus 77 años.
El primer mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, reconoció la victoria minutos después de confirmada la noticia. “Confiamos en trabajar para un Mercosur moderno y abierto al mundo.
Así mismo esperemos continuar y mejorar las muy buenas relaciones bilaterales”, escribió en Twitter, donde saludó al presidente electo.
Por otro lado, y sobre todo, hay un factor comercial en juego: Uruguay se encuentra en medio de las negociaciones para firmar un tratado de libre comercio con China y para “flexibilizar” y “modernizar” el Mercado Común del Sur
En la agenda brasileña, el bloque regional fue mencionado en el discurso de victoria electoral del presidente electo, aunque recién aparecía al final del programa de gobierno de Lula y ni siquiera figuraba en la propuesta electoral de Bolsonaro.
Desde la academia, por otra parte, se entiende que el vínculo bilateral entre Uruguay y Brasil no cambiará “sustancialmente” en términos generales.
Sin embargo, se advirtió que se puede esperar un “retroceso” en las negociaciones que Uruguay ha mantenido con Brasil sobre el Mercosur.
De manera “tácita” se permitió al presidente Luis Lacalle Pou avanzar con el estudio de factibilidad sobre el TLC con China.
A su vez, que se abordó eliminar los aranceles para productos provenientes de zonas francas.
Lula va a tener nuevas coaliciones más de centro, probablemente una política exterior bastante más moderada.
Pero lo que ha adelantado de su visión sigue siendo muy similar a lo de gobiernos anteriores.
En ese punto, si Lula sostiene la misma política exterior, no es muy coincidente con la visión del gobierno de Lacalle Pou
Por lo tanto el Poder Ejecutivo deberá “recalcular” el camino pautado.
El presidente electo tiene una mirada más proteccionista sobre la industria que Bolsonaro y su actual ministro de Economía, Paulo Guedes.
En el pasado, no estaba dispuesto a abrirse a un acuerdo con China; veía al Mercosur más como un acuerdo político que comercial